Los secretos de la Sixtina a las puertas del Cónclave
02/05/2025
Autor: Andrés Beltramo Álvarez

La Capilla Sixtina se prepara para albergar uno de los eventos más importantes de la Iglesia católica: la elección del nuevo Papa, un proceso lleno de rituales y secretos que se han mantenido durante siglos.

El Cónclave está a la vuelta de la esquina, y los últimos preparativos se alistan en Roma. Este viernes quedó instalada el famoso comigniolo, aquel tubo con sombrero en forma de chimenea ubicado en el techo de la Capilla Sixtina. A partir del 7 de mayo, cuando los cardenales inicien las votaciones, los ojos del mundo estarán posados en ese peculiar aparato en espera de la ansiada fumata bianca.

El humo blanco significará que ha sido elegido un nuevo Papa. El Cónclave está históricamente relacionado con aquella capilla, que se llama Sixtina porque el Papa Sixto IV ordenó su restauración entre 1477 y 1480.

En la elección del obispo de Roma, las formas y los objetos juegan un papel fundamental. Todas las normas deben ser rigurosamente respetadas, para que el proceso sea válido.

Por uno de los angostos pasillos que llevan a la capilla se encuentra la sacristía y, allí mismo, se conservan algunos de los tesoros más curiosos de los Papas. Pocas personas han tenido el privilegio de visitarlo, porque no se encuentra abierto al público en general.

Presentamos ahora fotografías exclusivas de estos objetos curiosos, gracias al trabajo periodístico de años pasados en el Vaticano.

La Sixtina y el Juicio final

Días antes del inicio del Cónclave, la Capilla Sixtina es preparada escrupulosamente, toda la sección principal es acondicionada con una base de madera que cubre el suelo original para que no existan desniveles. También se montan una serie de largas mesas, donde se colocarán los purpurados para seguir las votaciones.

 

 

Todo estará dominado por el fresco Juicio Final de Miguel Ángel. Además, se realizará una revisión minuciosa de todo el espacio para asegurar que no existan cámaras ni micrófonos que busquen espiar a los cardenales.

 

El juramento de los cardenales

Al inicio del Cónclave, los purpurados desfilarán en procesión desde la Capilla Paulina hasta la Capilla Sixtina. Lo harán de dos en dos, a paso lento. Al ingresar a esta última, cada uno de ellos encontrará ante sí unos Evangelios dorados de gran tamaño, estarán abiertos y, dentro, tendrán el texto del juramento que deberán pronunciar. Así se mantendrá el secreto sobre lo que ocurra en las votaciones.

 

 

La postazione (espacio) de cada cardenal

Tras jurar, cada cardenal se ubicará en su espacio designado. La colocación estará dada por las órdenes en que se divide el Colegio Cardenalicio: primero los cardenales obispos, después los presbíteros y finalmente los diáconos.

Todos los purpurados tendrán a disposición un Breviario (libro de oraciones), unos Evangelios, una copia de la constitución apostólica Universi Dominici Gregis, que codifica el proceso del Cónclave, sus fichas de votación y una carpeta roja. En la imagen se pueden apreciar los elementos que usó el arzobispo de Buenos Aires, Jorge Mario Bergoglio, durante el Cónclave que lo eligió Papa en 2013.

 

 

La costituzione y la scheda

Universi Dominici Gregis, es la constitución apostólica publicada por el Papa Juan Pablo II en 1996 y que detalla paso a paso el proceso del Cónclave.

 

 

Cada cardenal ejercerá su voto en una scheda, con una división al centro. Se trata de una ficha de cartoncillo de tamaño menor a un cuarto de hoja carta. Bajo la frase Eligo in Summun Pontificem los cardenales deberán escribir, con letra clara, el nombre del elegido.

 

 

Fumata nera o fumata bianca

Uno tras otro, los purpurados depositarán sus fichas en una urna dorada, luego tres cardenales escrutadores (sorteados entre los presentes) contarán los votos y leerán los nombres en voz alta. Coserán las papeletas todas juntas y al final de cada bloque de votaciones, las llevarán a las chimeneas en la parte posterior de la Capilla para que sean quemadas.

 

 

En una de las chimeneas se quemarán las fichas y en la otra se colocará una caja metálica con químicos para que, mediante un impulso eléctrico, se genere el respectivo humo. Si la elección de Papa es negativa, el fumo será negro (nero), si es positiva será blanco (bianco). Cada fumata durará más de 6 minutos.

 

   

 

Un rogito para el nuevo Papa

Cuando se elija un nuevo pontífice, con las dos terceras partes de los votos, el cardenal decano o el primero de los cardenales por orden de ancianidad, le preguntará al elegido, en latín: acceptasne electionem de te canonice factam in Summum Pontificem?, es decir, ¿aceptas tu elección canónica como sumo pontífice? Una vez recibido el consenso, interroga: quo nomine vis vocari? ¿Cómo quieres ser llamado?

Una vez pronunciado el nombre elegido, el Maestro de las Celebraciones Litúrgicas Pontificias asume la función de notario y redacta el rogito (escritura), un documento de aceptación. En la imagen se puede ver la pluma con la cual se firmó el texto de elección del Papa Francisco, el 13 de marzo de 2013.

 

 

A partir de ese momento iniciará formalmente el pontificado del nuevo Papa, quien minutos después se asomará a la Logia de las Bendiciones de la Basílica de San Pedro para saludar a la multitud, que primero escuchará el famoso Anuntio vobis gaudium magnum… ¡habemus papam!, pronunciada por el cardenal Protodiácono, Dominique Mamberti. El nuevo obispo de Roma dará unas palabras e impartirá la bendición a las fieles. Una nueva era en la Iglesia católica dará inicio.

 

*Imágenes cortesía Andrés Beltramo Álvarez