Del cáncer infantil a la ciencia: un camino de esperanza
17/07/2025
Autor: Karla Ivonne Rodríguez Vázquez
Foto: Cortesía

Fanny Ovalle transforma su experiencia como paciente en una vocación científica.

Fanny Montserrat Ovalle Díaz, estudiante de séptimo semestre de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), actualmente realiza una estancia de investigación en el Centro de Investigación Oncológica Una Nueva Esperanza, enfocado en cáncer infantil. La joven forma parte del Programa Delfín, que impulsa vocaciones científicas como la suya, encontrando en esta oportunidad un espacio para resignificar su historia personal.

Su gusto e interés por la ciencia tiene origen en las clases con el maestro Albino en preparatoria y en las pláticas que tuvo con dos profesoras quienes le compartieron sus experiencias en investigación en temas como el Alzheimer. Estos momentos inspiraron y definieron el camino académico de Fanny hacia el área de la salud y, posteriormente, el campo de la investigación biomédica.

Sin embargo, existió otra razón que ha impulsado la historia de Fanny en lo personal y académico: años atrás fue diagnosticada con cáncer. Su experiencia como sobreviviente de cáncer la ha llevado a colaborar en la búsqueda de nuevas terapias, y encontró el espacio ideal en el Centro de Investigación Oncológica: “sentí mucha felicidad cuando supe que mi solicitud para participar en el laboratorio de leucemia infantil fue aceptada ”, esto a pesar de haberla enviado fuera del plazo establecido.

Durante su estancia, ha enfrentado retos como la lectura de artículos científicos en inglés, pero también ha encontrado un equipo humano comprometido con la ciencia, que la ha apoyado y formado desde el primer día. Fanny destaca que la relación con su tutor y compañeros ha sido cercana y enriquecedora.

Para ella, trabajar en un laboratorio de cáncer infantil tiene un valor especial, puesto que “se siente muy diferente estar del otro lado, lo que me hace comprender lo que viven los pacientes y sus familias, y quiero ayudar a aliviar su camino”, afirma con emoción.

Fanny reconoce que esta experiencia le ha permitido resignificar su pasado. A través de la ciencia, busca dar sentido a su historia personal y aportar esperanza a otras personas, ligando esta encomienda a su sueño de seguir investigando sobre leucemia u otros tipos de cáncer, con el objetivo de contribuir en el desarrollo de nuevas terapias.

A otros jóvenes que han atravesado enfermedades graves, les deja un mensaje de aliento: “no se detengan. No hay un camino único, pero sí muchas oportunidades. Podemos lograr grandes cosas como personas”.

Con profunda empatía, también envía un mensaje a las familias y niños que hoy enfrentan el cáncer: “Disfruten cada momento juntos, no se rindan y luchen con todo lo que puedan. La vida sigue valiendo mucho”.