En cuanto a migración, hay tres elementos alarmantes: la eliminación fáctica del asilo humanitario, la presión para que México actúe como muro migratorio, y una retórica xenófoba que ha resultado en redadas y políticas de miedo hacia los más de 65 millones de personas de origen latino en Estados Unidos.
La región de América del Norte está viviendo una transformación geopolítica profunda con la llegada de nuevos liderazgos en Estados Unidos, México y Canadá. Académicos de la Licenciatura de Relaciones Internacionales de UPAEP y de la Universidad de Ottawa, Canadá, analizaron los desafíos y escenarios que enfrenta la región, haciendo énfasis en el impacto de la segunda presidencia de Donald Trump.
Participaron en conferencia de prensa el Dr. Derzu Daniel Ramírez Ortiz, Director de la Licenciatura en Relaciones Internacionales de UPAEP; el Dr. Herminio Sánchez de la Barquera, profesor investigador de la misma facultad; el Dr. Claude Denis, profesor de Sociología de la Universidad de Ottawa, Canadá, e integrante de UPAEP Global Summer; con apoyo en la traducción de la Dra. Luisa Fernanda Grijalva Maza, también profesora de Relaciones Internacionales de la Universidad.
Derzu Ramírez planteó que la política exterior de Estados Unidos, bajo el segundo mandato de Donald Trump, ha tomado un rumbo unilateral y autoritario, alejándose del consenso internacional y debilitando acuerdos previamente consolidados como el T-MEC.
"Estados Unidos está utilizando la región como un activo estratégico en su competencia con China", explicó Ramírez Ortiz. “Hay un esfuerzo claro por rediseñar las reglas comerciales para limitar el flujo de inversiones chinas y revertir el proceso de desindustrialización estadounidense”.
En el ámbito de seguridad, México ha sido presionado para adoptar una postura más agresiva contra el crimen organizado, sobre todo en lo relativo al combate al fentanilo, con acciones que van desde el descabezamiento de cárteles hasta la destrucción de centros de producción. Incluso, recordó, en febrero pasado, la Casa Blanca catalogó al Estado mexicano como un aliado "intolerable" del crimen organizado, hecho sin precedentes.
En cuanto a migración, subrayó tres elementos alarmantes: la eliminación fáctica del asilo humanitario, la presión para que México actúe como muro migratorio, y una retórica xenófoba que ha resultado en redadas y políticas de miedo hacia los más de 65 millones de personas de origen latino en Estados Unidos.
En relación con Canadá, Derzu Ramírez destacó que la postura estadounidense ha generado un distanciamiento con sus socios norteamericanos, en lugar de fortalecer la alianza trilateral.
“Hoy, Canadá ve a México no sólo como competidor económico, sino también como un pasivo frente a Estados Unidos”, subrayó, aludiendo a una creciente falta de coordinación regional.
Herminio Sánchez de la Barquera retomó la intervención de su colega para profundizar sobre la naturaleza errática y caótica del liderazgo de Donald Trump. “No se trata de un liderazgo firme hacia un objetivo claro, sino de un caos con firmeza”, ironizó el académico. “Por eso le llamo el síndrome de la Chimoltrufia: como dice una cosa, dice otra”.
Sánchez de la Barquera también cuestionó el impacto de Trump sobre dos pilares fundamentales de la política estadounidense: el federalismo y la democracia.
“Trump ha pasado por encima de leyes y costumbres del sistema federal estadounidense”, indicó. Mencionó ejemplos como la instrumentalización de la Guardia Nacional, que en Estados Unidos opera con autonomía de los estados, pero que ha sido usada de manera centralista y discrecional durante su mandato.
En este contexto, criticó la fragilidad institucional frente a un liderazgo que, aunque legalmente electo, ha mostrado rasgos autoritarios, desafiando la estructura que permitió a Estados Unidos convertirse en un referente democrático.
El Dr. Claude Denis, investigador de la Universidad de Ottawa, aportó una visión canadiense sobre la situación. A través de la traducción de la Dra. Luisa Fernanda Grijalva, Denis comentó que Canadá ha optado por una política exterior más cauta, buscando mantener la cooperación en temas climáticos y de derechos humanos, mientras sortea las tensiones con su socio principal.
“Desde Canadá, se percibe a Trump como una amenaza a la estabilidad regional”, dijo Denis. “Las relaciones trilaterales se han vuelto menos predecibles y más frágiles”.
Asimismo, expresó que el futuro de la región dependerá de la capacidad de sus países para reconstruir espacios de cooperación estratégica, respetando la diversidad de enfoques, pero buscando mecanismos de integración efectiva.
Con un consenso entre los académicos: América del Norte enfrenta un momento crucial. Las decisiones de Trump —en lo económico, migratorio y de seguridad— están reconfigurando la relación trilateral hacia una dinámica de competencia más que de integración.
UPAEP, a través de Global Summer y de la Licenciatura en Relaciones Internacionales, reafirma su compromiso con el análisis crítico de la política internacional y la formación de profesionistas capaces de comprender la complejidad geopolítica del siglo XXI.
El reciente G7 realizado en Canadá, al cual fue invitada la presidenta mexicana Claudia Sheinbaum por el primer ministro Mark Carney, fue interpretado como un intento de recomponer la relación Canadá-México, en medio del caos generado por la política exterior de Trump, quien abandonó el evento antes de su conclusión.
Denis fue enfático al describir la política estadounidense como “profundamente anormal y peligrosa”, al considerar que está desmontando el sistema comercial y económico global que ellos mismos crearon y del cual más se han beneficiado.
“El orden económico mundial que conocíamos ha terminado. Y eso ha sido causado por Estados Unidos, el mismo país que debía mantenerlo estable”, afirmó.
Sostuvo que esta actitud no comenzó con Trump, sino que refleja una decadencia estructural de la política estadounidense, particularmente dentro del Partido Republicano. “Desde George W. Bush con la invasión a Irak hasta hoy, los republicanos en el poder han desestabilizado al mundo”, señaló.
Planteó dos estrategias clave para México, Canadá y otras naciones:
Re-domesticar la economía: Reducir la dependencia comercial de Estados Unidos mediante el fortalecimiento del mercado interno.
Diversificar socios comerciales: Establecer vínculos estratégicos con otras economías para minimizar los efectos de futuras decisiones erráticas de EE.UU.
“El caos no desaparecerá con Trump. Esta es una nueva realidad. Estados Unidos, el que antes era un pilar del orden, ahora es una fuente de inestabilidad. Debemos prepararnos para múltiples tormentas económicas en los próximos años, y ojalá ninguna sea un huracán categoría cinco como el Otis que golpeó Acapulco hace dos años”, concluyó Claude Denis.
El académico canadiense fue contundente: “Debemos desaprender las viejas formas de entender la política internacional. Ya no estamos en un mundo de predictibilidad. Trump y sus acciones han destruido las reglas del comercio global. El sistema ya no funciona y nadie, ni Canadá ni México, está preparado para enfrentarlo”.
Frente a este panorama, Claude Denis hizo dos recomendaciones clave: “re-domesticar las economías, es decir, fortalecer el mercado interno y reducir la dependencia extrema de las exportaciones; y diversificar los socios comerciales, aunque reconociendo que será una tarea limitada y gradual”. Ambos puntos fueron reforzados por Sánchez de la Barquera: “Brasil, por ejemplo, tiene un mercado interno sólido y relaciones comerciales diversificadas. México está atrapado en la comodidad de venderle sólo a Estados Unidos y eso ahora nos está pasando factura”.
En sus reflexiones finales, Sánchez de la Barquera advirtió sobre la figura de Trump como amenaza global. “No tiene compromiso con la democracia, ni con su partido, ni con los derechos humanos. Todo lo que hace lo hace por sí mismo. Es un narcisista populista cuya única lealtad es hacia él mismo”, afirmó. Y enfatizó que la tragedia es que sigue siendo el personaje más poderoso del mundo.
Ramírez Ortiz, por su parte, insistió en no perder de vista que dentro de Estados Unidos existen actores sociales y políticos que aún creen en el orden, la democracia y el multilateralismo. “Es cierto que el caos predomina, pero hay sectores que desean restaurar la certidumbre”, sostuvo.
Claude Denis concluyó con una poderosa metáfora: “Estamos cayendo desde el piso 20. En el piso 10 sentimos que todo va bien, pero el golpe aún no llega. Trump está destruyendo el sistema democrático, el federalismo estadounidense, el orden económico y de seguridad global. Esto va más allá de Trump, es una reconfiguración peligrosa del sistema internacional que no tiene precedentes”.
La conferencia de prensa cerró con un llamado colectivo: repensar la política exterior, fortalecer los mercados internos y prepararse para los impactos que vendrán. Porque si América del Norte desea consolidarse como una región sólida y con futuro, necesita más que líderes carismáticos: requiere estadistas con visión, estrategias firmes y unidad frente a la tormenta.