^{El futuro de la economía mexicana dependerá principalmente de la evolución de su relación comercial con Estados Unidos y de la capacidad del gobierno para implementar estrategias efectivas que protejan el crecimiento económico y la estabilidad financiera del país.}

En un panorama global caracterizado por la volatilidad financiera y las decisiones políticas de Estados Unidos, la economía mexicana enfrenta un primer trimestre desafiante. Anselmo Salvador Chávez Capó, profesor investigador de la Licenciatura en Administración Financiera y Bursátil de la UPAEP, analizó los principales indicadores económicos y su impacto en la estabilidad financiera del país.

Ante este escenario, el especialista hizo un llamado a los mexicanos a cuidar su economía familiar. "Es crucial mantener un consumo responsable, evitar endeudamientos innecesarios y diversificar ingresos. La volatilidad en los mercados puede afectar el empleo y el poder adquisitivo, por lo que es recomendable mantenerse informados y prevenir riesgos financieros", indicó.

Señaló que las próximas semanas serán determinantes para la dirección de la economía mexicana. La evolución de las políticas arancelarias estadounidenses y las medidas del gobierno mexicano para enfrentar estos desafíos serán fundamentales para la estabilidad financiera del país.

Chávez Capó recomendó a empresarios e inversionistas mantenerse atentos a los movimientos del mercado y a las decisiones gubernamentales en materia económica. "México debe actuar con inteligencia y estrategia para minimizar el impacto de las políticas proteccionistas y mantener su crecimiento económico en el mediano y largo plazo", señaló.

El 10 de marzo, los mercados globales sufrieron una caída significativa tras las declaraciones ambiguas del presidente estadounidense, Donald Trump, sobre una posible recesión económica en su país. Esta situación provocó una venta masiva de activos financieros, afectando considerablemente a los principales índices bursátiles.

En el mercado estadounidense, el índice NASDAQ cayó un 4%, ubicándose en 17,464 puntos —su peor desempeño desde septiembre de 2022. El Standard & Poor's 500 retrocedió un 2.8%, llegando a 5,614 unidades, mientras que el Dow Jones Industrial Average bajó un 2.08%. Este desplome refleja la preocupación de los inversionistas por las políticas arancelarias de Trump y su posible impacto en la economía global.

En México, la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) registró una caída del 2.11%, mientras que la Bolsa Institucional de Valores (BIVA) descendió un 2.23%. Según Chávez Capó, esta situación responde a la incertidumbre sobre las nuevas medidas arancelarias que podrían afectar el comercio entre ambos países.

Explicó que el comportamiento actual del mercado corresponde al fenómeno conocido como "bear market" o "mercado bajista", caracterizado por la venta masiva de activos ante el temor a mayores pérdidas. "Los inversionistas están tomando decisiones basadas en la incertidumbre y el temor, no en un análisis fundamental", puntualizó el académico.

Las principales empresas tecnológicas también resultaron severamente afectadas. Alphabet (Google) perdió un 4.41%, Apple cayó un 4.85%, Amazon retrocedió un 2.36%, Meta (Facebook) bajó un 4.42%, Microsoft se redujo un 3.4% y Nvidia sufrió la mayor caída con un 5.7%.

La política arancelaria del gobierno de Donald Trump representa uno de los factores más preocupantes. Para Chávez Capó, "la estrategia comercial de Trump, basada en aranceles, podría imponer nuevas barreras a los productos mexicanos y afectar gravemente la economía nacional". Agregó que los recientes despidos en Estados Unidos, derivados de la reestructuración burocrática, podrían aumentar la demanda de recursos federales para el desempleo, impactando negativamente el consumo y la inversión en ese país.

El especialista destaca que la caída en la actividad económica del primer trimestre de 2025 es la más severa en dos décadas. El índice de pedidos manufactureros, un indicador clave, descendió de 52.9 en agosto de 2024 a 50.4 en enero de 2025, señalando una reducción en la producción. Este declive está directamente vinculado con las políticas proteccionistas de la administración Trump, que ha impuesto nuevas tarifas a productos importados, encareciendo el comercio con México.

Respecto al Índice Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF), el sector manufacturero mantiene signos de crecimiento, mientras el sector no manufacturero continúa en declive. El Indicador Global de Opinión Empresarial del INEGI muestra una disminución en la confianza desde mediados de 2023, afectando principalmente a los sectores de manufactura y servicios financieros, aunque el comercio muestra una lenta recuperación.

El Indicador Adelantado de los Sistemas de Informadores Cíclicos, diseñado para anticipar cambios en la actividad económica, revela que México ha experimentado variaciones negativas desde 2024 y permanece en zona de recesión, lo que sugiere una posible contracción económica de hasta 4% en 2025.

Las decisiones económicas estadounidenses impactan no solo la producción y exportaciones, sino también el tipo de cambio y la inflación. En enero, el dólar alcanzó los 20.84 pesos, encareciendo insumos y bienes de consumo. Esto ha impulsado la inflación, afectando directamente el costo de la canasta básica. Productos como huevo, espinaca y limón han registrado aumentos significativos, debido a factores como la gripe aviar en Estados Unidos y la mayor demanda de exportaciones agrícolas mexicanas.

Chávez Capó subraya la importancia de que población y empresas tomen precauciones ante el complejo panorama económico. Aconseja mantenerse informados sobre las decisiones arancelarias estadounidenses, considerando que México depende significativamente de sus exportaciones al país vecino, que superan los 505 mil millones de dólares anuales. Advierte, además, que el gobierno mexicano aún no presenta un plan de acción concreto para mitigar los efectos de estas medidas comerciales.

El futuro de la economía mexicana dependerá principalmente de la evolución de su relación comercial con Estados Unidos y de la capacidad del gobierno para implementar estrategias efectivas que protejan el crecimiento económico y la estabilidad financiera del país.