^{La estudiante de Ingeniería en Biotecnología encontró en el deporte ráfaga una pasión que le cambió la vida y la impulsó a crecer dentro y fuera de la cancha}

Desde pequeña, Xóchitl Zenteno tuvo un acercamiento al deporte por influencia de su familia. Aunque su primer intento fue con el futbol, pronto descubrió que su verdadera pasión estaba en la duela. Hoy, es parte del equipo representativo de basquetbol de las Águilas UPAEP y cursa su licenciatura gracias a una beca deportiva que ha sido el resultado de años de esfuerzo, dedicación y constancia.

“Comencé a los 7 años jugando futbol porque a mi papá le gustaba mucho, aunque a mí no se me daba muy bien y no me gustaba del todo”, recuerda. Ser una niña con sobrepeso y no sentirse cómoda con ese deporte la llevó a buscar otro camino. Fue a los 10 años cuando encontró en el basquetbol una actividad que no solo la motivó, sino que marcó el rumbo de su vida. “Empecé en un club en el que estuve aproximadamente siete años. Después comencé mi preparación para la universidad y finalmente llegué al equipo de las Águilas”.

El primer evento importante que vivió como jugadora fue un torneo nacional de mini-baloncesto en Irapuato, Guanajuato, en 2016. Aunque los resultados del equipo no fueron los mejores, ese viaje significó mucho para ella: “Aprendí bastante y fue cuando le tomé cariño al deporte que hago”.

Xóchitl reconoce que su familia ha sido un pilar clave en su desarrollo deportivo. “Mis padres me inculcaron la vida deportiva y siempre me han apoyado. Desde que tengo memoria, han estado ahí impulsándome a ser mejor jugadora y mejor persona”.

A través del basquetbol, ha desarrollado valores como el trabajo en equipo, la responsabilidad, la solidaridad, la disciplina, la perseverancia y, sobre todo, la resiliencia: “El deporte me ha enseñado a levantarme, a seguir intentando y a crecer con cada experiencia”.

Su llegada a UPAEP fue el resultado de una decisión familiar y de mucho trabajo previo. Desde su último año de bachillerato comenzó a buscar una opción que le permitiera combinar sus estudios con el deporte, y la UPAEP se convirtió en su primera opción. “Después de hacer los campos de prueba, fui aceptada y acreditada a una beca para mis estudios universitarios”.

En su paso por el equipo de las Águilas, Xóchitl ha tenido experiencias que marcarán su memoria para siempre. “El Ocho Grandes 2025 y el Nacional CONNDE (Universiada) fueron eventos muy importantes para mí. Aunque los resultados no fueron los esperados, disfruté mucho vivirlos y aprender durante el proceso”.

De cara al futuro, aunque aún no tiene claro si continuará en el basquetbol de forma profesional, sí se visualiza como una persona que seguirá preparándose académicamente. “Me imagino estudiando una maestría y ejerciendo mi profesión”.

Con dos años de experiencia en el representativo femenil de UPAEP, Xóchitl Zenteno representa el espíritu de una Águila: fuerte, comprometida y lista para volar alto.