Josselyn Arroyo cumple su sueño de vivir un intercambio en Estados Unidos
29/10/2025
Autor: Pedro Humberto Cadena Dávila

El Hope College, Universidad ubicada en el estado de Michigan recibió a la estudiante de Comercio y Estrategia Internacional que cursó un semestre de intercambio. Allí fortaleció su visión profesional y personal al conocer de cerca la cultura y el sistema académico estadounidense.

La determinación por cumplir un sueño marcó el camino de Josselyn Arroyo Carmona, estudiante de Comercio y Estrategia Internacional de UPAEP, quien decidió realizar su intercambio académico en Hope College, en Michigan, Estados Unidos.

“Desde que entré a la universidad tenía la cosquillita de hacer un intercambio, pero no me animaba. Llegó el momento en que dije: es ahora o nunca”, confesó.

Aunque el aspecto económico fue uno de los principales retos, Josselyn sabía que valía la pena intentarlo. Con el apoyo de becas UPAEP y fundaciones internacionales, así como sus propios ahorros de los veranos trabajados en campamentos en Wisconsin, logró concretar su meta.

“Quería vivir la experiencia académica en otro país, porque no es lo mismo ir por trabajo que estudiar allá. Además, Estados Unidos siempre me ha gustado por su cercanía, oportunidades y la gente”, compartió.

El reto y la emoción de un nuevo comienzo

Al llegar a Holland, Michigan, la joven poblana se enfrentó a los nervios propios de quien comienza una nueva aventura. “Aunque ya había estado en Estados Unidos, sabía que esta vez sería diferente. Me sorprendió lo acogedor del lugar y lo hermoso del campus, que está justo en el centro del pueblo. Todo está tan conectado que podías salir del dormitorio, caminar una cuadra y ya estabas en clase”, contó.

Agregó que su edificio favorito fue el Campus Ministries, un espacio moderno diseñado para la convivencia y el estudio. “Era el lugar donde más me gustaba estar, muy adaptado a las necesidades de los estudiantes”, detalló.

Durante el semestre, cursó materias como International Business, Marketing Management, Strategic Management y Standard Grammar of English. Esta última, lamentó, fue la más complicada, pues se trataba de una clase diseñada para futuros profesores estadounidenses.

“Éramos solo dos internacionales, una chica de Japón y yo. Pero mi maestra, Jackie Nickiee, fue increíble. Incluso me invitó a su casa en Thanksgiving, para que viviera la experiencia americana con su familia”.

Aprendizajes y retos

Josselyn, reconoció que académicamente el sistema estadounidense fue exigente. Principalmente por la forma de evaluar, situación a la que se tuvo que adaptar pues los profesores prácticamente le pedían memorizar los temas.

“Me sorprendió lo diferentes que son las evaluaciones, allá los exámenes intermedios, los midterms, valen casi el 80% de la calificación y todo se basa en escribir, escribir y memorizar. Fue difícil, pero al final me adapté”, agregó.

 

Una experiencia que transforma

Más allá de lo académico, Josselyn destaca las relaciones humanas que marcaron su estancia. “Lo mejor fueron las personas que conocí. Me inscribí en el programa de Host Family y fue maravilloso. Mi host mom me decía que era su hija, quería aprender español y conocer más de mi cultura. Eso fue lo más bonito: sentirme parte de una familia en otro país”.

También recuerda con cariño las tradiciones universitarias. “En Hope College tienen una competencia anual de jalar la cuerda, dividen a todos según el año en que entraste: los años pares e impares, y se lo toman muy en serio. El entusiasmo y la unión son increíbles. Además, vivir los juegos deportivos con tanto espíritu fue algo que me encantó”, .

En el aspecto cultural y gastronómico, la estudiante asegura que el Día de Acción de Gracias fue una de las experiencias más memorables: “El pavo con mermelada de frambuesa fue mi favorito, todo estaba hecho con mucho amor. Lo que no repetiría sería el salmón del comedor… el olor era demasiado”.

Aprender de los mejores

Josselyn considera que su intercambio fue una inversión en su futuro profesional. “Estados Unidos es un país muy vinculado con México en la parte comercial y económica. Pensé: si son de los mejores, hay que aprender de los mejores. Estudiar allá me permitió entender cómo se manejan los negocios desde otra perspectiva”.

Además, dijo, el Hope College le dejó una enseñanza profunda sobre la relación entre los valores y la vida profesional. “Es una universidad cristiana, y eso me cambió la forma de ver los negocios. Aprendí que se puede ser ético, humano y exitoso al mismo tiempo. Son cosas que ahora aplico todos los días”.

El reto financiero y cómo lo superó

 

Uno de los principales desafíos para Josselyn fue reunir los recursos necesarios para cubrir los gastos de su estancia. “Sabía que estudiar en Estados Unidos implicaba una inversión grande, pero quería vivir esa experiencia, así que comencé a buscar apoyo financiero en cuanto me decidí a aplicar”, contó.

 

Con orientación del área de Programas Internacionales de UPAEP, Josselyn elaboró un plan detallado de gastos —colegiatura, hospedaje, alimentación, boletos de avión y trámites— y comenzó a gestionar distintos apoyos. Gracias a su esfuerzo y desempeño académico, recibió una beca de excelencia del 45% sobre la colegiatura y una beca complemento de $20,000 pesos que destinó al pago de su matrícula.

 

Además, obtuvo la beca FEMSAC por $20,000 pesos, que utilizó para cubrir los boletos de avión hacia Michigan. Para los gastos de manutención dentro del campus, ya que los estudiantes internacionales deben vivir en las residencias universitarias y contratar un plan de alimentos obligatorio, consiguió apoyo adicional mediante una beca del gobierno mexicano, con un monto de $50,000 pesos, que le permitió cubrir alimentación y materiales escolares.

 

Por último, al ser aceptada en Hope College, su asesor académico le informó sobre una beca especial financiada por la familia Koelbel, benefactores estadounidenses que impulsan a jóvenes mexicanos a estudiar en esa institución. Josselyn fue seleccionada para recibir $3,000 dólares destinados a su hospedaje durante todo el semestre.

 

“Con todos esos apoyos y los ahorros que tenía de los veranos que trabajé en campamentos, logré cubrir todo. No quería que fuera una carga para mis papás, así que cada ayuda sumó muchísimo”, expresó.

 

Finalmente, Josselyn exhortó a quienes están interesados en realizar una experiencia internacional, a atreverse, aún con miedo o dudas. “Sí da miedo, y sí cuesta trabajo, pero vale totalmente la pena. Si tienen el deseo de vivir un intercambio, háganlo. Busquen becas, prepárense y atrévanse. La experiencia te cambia la vida”, concluyó.